Por: Tany G Fernández G
Para el mar no bastan
los sonidos del silencio
cuando se trata del amor.
Para el mar,
amar tiene que ver
con ese olor a madera
cuando se estremecen la sal y el cuerpo.
Para el mar, el amor
es lo que atrae la marea:
la lluvia, las botellas,
unos ojos que desean mirar entre los agujeros.
En el mar
tan sólo estos elementos hacen el amor:
la piel, el piano, el agua.
Así, el mar viene y va
como el movimiento de los amantes
viene y va.
Y se va, con los sonidos del silencio.
El silencio encapsula en un instante la gran marea de sensaciones , acontecimientos, y olores a muelles, en un segundo
Dejando una sensación, una imagen en El pecho.
Me encantó El poema. Felicidades.