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GABRIELA MISTRAL
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Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga fue una poeta, diplomática, profesora y pedagoga chilena nacida en Vicuña el 7 de abril de 1889.  Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1945 y con ello se destacó como la primera mujer iberoamericana y la segunda persona latinoamericana​ en recibir un Premio Nobel.

"Hija de un maestro de escuela, con dieciséis años decidió dedicarse ella también a la enseñanza; trabajó como profesora de secundaria en su país y como directora de escuela. Como poetisa, Gabriela Mistral se dio a conocer en los Juegos Florales de Chile en 1914 con Los sonetos de la muerte, nacidos del dolor causado por el suicidio de su prometido, el empleado ferroviario Romelio Ureta, a quien había conocido en 1906" (Fernández, Tomás y Tamaro, 2004).

En 1904 trabaja de maestra y colabora en publicaciones literarias. Utiliza su seudónimo por primera vez en el poema «Del pasado» publicado en diario «El Coquimbo» en 1908. En 1922 se traslada a México para colaborar en los planes de reforma educativos de José Vasconcelos. Allí fundó la escuela que lleva su nombre y colaboró en la organización de varias bibliotecas públicas, además de componer poemas para niños (Rondas de niños, 1923) por encargo del ministro de Instrucción Pública mexicano, y preparar textos didácticos como Lecturas para mujeres (1924).

En 1925 es nombrada secretaria del Instituto de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones en Ginebra (Suiza) y asiste a distintos congresos por Suiza. En 1928 representa a Chile y Ecuador en el Congreso de la Federación Internacional Universitaria en Madrid, y trabaja en el Consejo Administrativo del Instituto Cinematográfico Educativo de la Liga de las Naciones, en Roma (Italia) (Cervantes.es, 2017).

Durante 1930 da clases en Estados Unidos en las escuelas Bernard College,  Vassar College y en el Middlebury College. También viaja por Centroamérica y Las Antillas y colabora con las universidades de Puerto Rico, La Habana y Panamá. En 1933 fue nombrada cónsul de Chile en Madrid, y en 1934 se la nombra hija adoptiva en Puerto Rico. Durante este periodo como embajadora, viaja por Lisboa, Guatemala, Francia, Brasil, Estados Unidos, México e Italia.

El 10 de diciembre de 1945 recibe el Nobel de Literatura, en 1950 el premio Serra de las Américas de la Academy of American Franciscan History de Washington y en 1951 el Premio Nacional de Literatura de Chile. En 1953 es nombrada cónsul en Nueva York y también delegada de la Asamblea General de Naciones Unidas (Cervantes.es, 2017).

"Su vida se movió sin pausas entre la literatura, la docencia y la carrera diplomática, actividad esta última por la que realizó numerosos viajes y pasó diversas temporadas en ciudades europeas, norteamericanas y latinoamericanas, en las que publicó la mayoría de sus obras" (Fernández, Tomás y Tamaro, 2004). Su obra ha sido traducida a más de 20 idiomas. Murió el 10 de enero de 1957 en la ciudad de Nueva York.

Como dato curioso, poco se sabe de su vida amorosa. Pero se conoció sobre su relación con la escritora estadounidense Doris Dana que quedó retratada en románticas cartas que expresaban su apasionada relación. Ellas se conocieron mediante correspondencia, Doris Dana vivía en California y le escribió a Mistral para recibir ayuda en unas traducciones. Propia de su naturaleza de escritora, Gabriela Mistral cultivó su relación a través de correspondencia, con cartas que luego se harían públicas. Al menos 250 cartas quedaron retratadas en el libro Niña Errante, que explicita su fuerte vínculo. Su relación continuó hasta los últimos días de Gabriela Mistral. Así, por cerca de 10 años, se escribieron apasionadas cartas que reflejaron sus sentimientos ocultos. La relación de Gabriela Mistral y Doris Dana quedó reflejada en el documental Locas Mujeres. El filme, dirigido por Elena Wood, recoge más de 40 mil documentos personales de la escritora para poder examinar la potencia de esta relación (Nuñez, 2021).

CONTEXTO HISTÓRICO
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Vendedor ambulante del Siglo XX en Santiago

A inicio del siglo XX Chile estaba pasando por las siguientes facetas (Castillo, 2020):

  • Se vivía una crisis que abarcaba diversos sectores de la sociedad, desde
    trabajadores y empresarios hasta políticos y autoridades.

  • Altos índices de población urbana.

  • Ciudades en proceso de industrialización que causó incremento en la contaminación

  • Concentración de la población en la Ciudad.

  • Se generó la alta desigualdad económica y social.

  • El poder económico y político estaba en manos de la Oligarquía

  • Existe una tensión por el proceso de modernización el cual introdujo un buen auge económico pero trajo como consecuencia la desigualdad.

  • Eso generó descontento entre los sectores medios, estudiantes, sindicatos, quienes expresaron su visión crítica del sistema político parlamentario y de la preponderancia de la clase oligárquica dentro de la sociedad.

  • La elección de Arturo Alessandri Palma representó un cambio en la forma de hacer política, porque por primera vez se dirigió a las masas compuestas por la clase media, trabajadores y estudiantes.

  • Pero las Fuerzas Armadas chilenas expresaron su descontento por no lograr la aplicación de medidas que buscaban reformar algunas de las instituciones políticas tradicionales, ampliar la legislación social, poner fin al cohecho y promover el desarrollo económico.

ESTILO POÉTICO
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"Se alejó del modernismo orientándose hacia una poesía más sencilla y humana. Tras unos inicios de siglo XX aún marcados por el modernismo, desarrolló una expresividad propia basada en un estilo elemental de imágenes intensas, con el que desnudó su intimidad dolorida y un corazón rebosante de amor, volcado (tras el amor trágico de Desolación) sobre los niños, los desvalidos o su propia tierra, en tonos hondamente religiosos.

INFLUENCIAS

Adicionalmente, su poesía derivó hacia un estilo personal, con un lenguaje coloquial y simple, de gran musicalidad, y un simbolismo que conecta con una imaginería de tradición folclórica.

 

En sus obras expresó temas como el sufrimiento o la maternidad frustrada, así como inquietudes religiosas y sociales que responden a su ideología cristiana y socialista. Poetisa de acento genuino y entrañable, parte de su no muy abundante producción está dedicada a los niños (fue maestra rural durante quince años), y tal vez sea éste el aspecto más conocido y celebrado de su obra. Sin embargo, su verdadera personalidad se revela, sincera, poderosa y conmovedora, en versos por los que circula una intimidad dolorida y una ternura en busca de sus propios cauces de manifestación" (Fernández, Tomás y Tamaro, 2004).

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Pablo Neruda

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Alfonso Reyes

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Vicente Huidobro

PELÍCULA
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DE SU VIVA VOZ:
Gabriela Mistral
SUS POEMAS
Poema representativo

DESOLACIÓN

La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde
me ha arrojado la mar en su ola de salmuera.
La tierra a la que vine no tiene primavera:
tiene su noche larga que cual madre me esconde.

El viento hace a mi casa su ronda de sollozos
y de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito.
Y en la llanura blanca, de horizonte infinito,
miro morir intensos ocasos dolorosos.

¿A quién podrá llamar la que hasta aquí ha venido
si más lejos que ella sólo fueron los muertos?
¡Tan sólo ellos contemplan un mar callado y yerto
crecer entre sus brazos y los brazos queridos!

Los barcos cuyas velas blanquean en el puerto
vienen de tierras donde no están los que no son míos;
sus hombres de ojos claros no conocen mis ríos
y traen frutos pálidos, sin la luz de mis huertos.

 

Y la interrogación que sube a mi garganta
al mirarlos pasar, me desciende, vencida:
hablan extrañas lenguas y no la conmovida
lengua que en tierras de oro mi pobre madre canta.

Miro bajar la nieve como el polvo en la huesa;
miro crecer la niebla como el agonizante,
y por no enloquecer no encuentro los instantes,
porque la noche larga ahora tan solo empieza.

Miro el llano extasiado y recojo su duelo,
que viene para ver los paisajes mortales.
La nieve es el semblante que asoma a mis cristales:
¡siempre será su albura bajando de los cielos!

Siempre ella, silenciosa, como la gran mirada
de Dios sobre mí; siempre su azahar sobre mi casa;
siempre, como el destino que ni mengua ni pasa,
descenderá a cubrirme, terrible y extasiada.

Poema recomendado

PAN

Dejaron un pan en la mesa, 
mitad quemado, mitad blanco, 
pellizcado encima y abierto 
en unos migajones de ampo.

Me parece nuevo o como no visto, 
y otra cosa que él no me ha alimentado, 
pero volteando su miga, sonámbula, 
tacto y olor se me olvidaron. 


Huele a mi madre cuando dio su leche, 
huele a tres valles por donde he pasado: 
a Aconcagua, a Pátzcuaro, a Elqui, 
y a mis entrañas cuando yo canto. 
 

Otros olores no hay en la estancia 
y por eso él así me ha llamado; 
y no hay nadie tampoco en la casa 
sino este pan abierto en un plato, 
que con su cuerpo me reconoce 
y con el mío yo reconozco.

 

Se ha comido en todos los climas 
el mismo pan en cien hermanos: 
pan de Coquimbo, pan de Oaxaca, 
pan de Santa Ana y de Santiago. 

En mis infancias yo le sabía 
forma de sol, de pez o de halo, 
y sabía mi mano su miga 
y el calor de pichón emplumado... 

Después le olvidé, hasta este día 
en que los dos nos encontramos, 
yo con mi cuerpo de Sara vieja 
y él con el suyo de cinco años. 

Amigos muertos con que comíalo 
en otros valles, sientan el vaho 
de un pan en septiembre molido 
y en agosto en Castilla segado. 

Es otro y es el que comimos 
en tierras donde se acostaron. 
Abro la miga y les doy su calor; 
lo volteo y les pongo su hálito. 

La mano tengo de él rebosada 
y la mirada puesta en mi mano; 
entrego un llanto arrepentido 
por el olvido de tantos años, 
y la cara se me envejece 
o me renace en este hallazgo. 

Como se halla vacía la casa, 
estemos juntos los reencontrados, 
sobre esta mesa sin carne y fruta, 
los dos en este silencio humano, 
hasta que seamos otra vez uno 
y nuestro día haya acabado...

Poema no popular

EL NIÑO SOLO

Como escuchase un llanto, me paré en el repecho 
y me acerqué a la puerta del rancho del camino. 
Un niño de ojos dulces me miró desde el lecho. 
¡Y una ternura inmensa me embriagó como un vino! 


La madre se tardó, curvada en el barbecho; 
el niño, al despertar, buscó el pezón de la rosa 
y rompió en llanto... Yo lo estreché contra el pecho, 
y una canción de cuna me subió, temblorosa... 

Por la ventana abierta la luna nos miraba. 
El niño ya dormía, y la canción bañaba, 
como otro resplandor, mi pecho enriquecido... 

Y cuando la mujer, trémula, abrió la puerta, 
me vería en el rostro tanta ventura cierta 
¡que me dejó el infante en los brazos dormido!

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Portada de  Desolación

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Con Doris Dana

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