Por: Tany G Fernández G
Una luz se prende
cuando tus labios me buscan.
Y se queda en mí, posada
tal vez esperando
a que algo suceda.
Suele brillar
un poco más fuerte
al momento que tus dedos
tocan todo
hecho de cicatrices.
Entonces, en blanco
se transforman
todos los objetos
que nos rodean.
Ya no tienen forma
pierden toda su voz.
En blanco
permanece el tiempo,
ha callado después de mí.
Blanca se puso la muerte.
Y quedamos nosotros
con los cuerpos en blanco,
donde solemos ser
greda que se extiende.
