Por: Tany G Fernández G
Al otro lado de la puerta
se escucha que vienen y van
los dueños de casa
las voces del silencio,
mientras que yo
espero afuera.
Llegó la hora de entrar
pero mi bolsillo
se ha convertido
en pozo sin fondo,
hasta el olvido
ha seguido de largo.
La noche aplaude
llegó su oportunidad de tenerme
y yo sin llaves aún,
sólo el recuerdo
hecho metal, madera,
cuero o plástico.
Me perdí de los patios
y de los cuartos secretos
¿quiénes estarán detrás de la puerta?.
Suspiro,
no me queda más
que sentarme aquí,
ver la puerta cerrada
y tallar el destino
en una nueva llave.
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